Un
viaje al pasado
Cruzar la puerta de El
Aljibe es entrar a la Santa Cruz de antaño.
Los horcones de este ALJIBE, fueron traídos desde San Javier.
Esta casona de
alrededor de 130 años de edad cobija entre sus paredes historias y vivencias
de cruceñas y cruceños que fueron parte de épocas pasadas. Una de ellas fue la
señora Bella Carrillo, una panadera que perteneció a la historia del MNR en la revolución
del '52.
Los seis ambientes de esta casona
cuentan con temáticas ayoreas y chiquitanas, así como también de una gran
colección invaluable de antigüedades como teléfonos, radios y relojes. Jacob Zapata y Javier Libera son los
artífices de esta pequeña burbuja de tiempo. Ellos nos cuentan que lucharon
mucho por impedir la demolición de este inmueble. Esta es una labor de
amor y pasión por su tierra y por preservar la cultura visual y culinaria. Los
platos que aquí se sirven son el resultado de una ardua investigación y rescate
de recetas típicas cruceñas, entre ellas el 'pipián' (plato de pollo al jugo
con maní) y el pastel de gallina, que son poco comunes.
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