La curiosidad cambia el cerebro para que
aprendamos mejor
Un nuevo estudio de la
Universidad de California sugiere que cuando se despierta nuestra curiosidad,
los cambios en el cerebro nos alistan para aprender no solo sobre el tema en
cuestión, sino también para cualquier otro tipo de información.
El neurocientífico Charan Ranganath y sus colegas pidieron a 19 participantes
que revisen más de 100 preguntas, y que califiquen cada una en términos de qué
tan curiosos se sentían frente a la respuesta.
A continuación, cada persona revisó 112 preguntas. La mitad los intrigó
fuertemente y el resto no les interesó. Mientras, los investigadores escanearon
la actividad cerebral utilizando imágenes de resonancia magnética funcional. Durante las sesiones de escaneo los participantes leían una pregunta y
esperaban 14 segundos y veían la foto de una cara totalmente ajena a la
pregunta antes de ver la respuesta. Después, los investigadores evaluaron a los
participantes a ver qué tan bien podían recordar y retener tanto las respuestas
como las caras que habían visto. En el seguimiento a la
prueba que se hizo un día después se encontraron los mismos resultados: la
gente podía recordar mejor una cara si estaba precedida de una pregunta
intrigante. De alguna manera, la curiosidad preparaba el cerebro para el
aprendizaje y la memoria a largo plazo de manera más extensa.
Con las imágenes
Se descubrió que la actividad cerebral durante el período de espera
antes de una respuesta ayudaba a predecir el rendimiento de la memoria
posterior. El cerebro cambió en este lapso. La actividad cerebral
aumentó en dos regiones del cerebro medio: el área tegmental ventral y el
núcleo accumbens.
Estas regiones transmiten la dopamina, una hormona que ayuda a regular la
sensación de placer y recompensa. Esto sugiere que, antes de la aparición de la
respuesta, la avidez del cerebro ya estaba aplicando el sistema de recompensas.
"Esta previsión fue muy importante", dice Ranganath. Mientras más
curioso se mostraba un individuo, su cerebro activaba con más fuerza esta red
anticipatoria. Las mentes curiosas mostraron mayor actividad en el
hipocampo, que está involucrado en la creación de recuerdos. El grado en que
las vías del hipocampo y de la recompensa interactuaron podían predecir la
capacidad para recordar las caras de la prueba.
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